domingo, 29 de agosto de 2010

SI EL RÍO HABLARA... URGENTE PROMOVER LA GESTIÓN DEL AGUA EN LA CUENCA DEL RIMAC

Es domingo. La página principal del Diario El Comercio nos muestra la trágica realidad del río cuyas aguas llegan hasta nuestros hogares para servirnos a nuestras más elementales necesidades cotidianas. Vida y muerte son las dos caras de una fuente natural practicamente en destrucción, debido a la acción irresponsable de cuantas empresas mineras, industrias y  poblaciones asentadas en sus márgenes existen en su largo recorrido, quienes vierten toneladas de residuos que contaminan este recurso vital. Vida corta en la laguna Ticticocha, en las alturas de Ticlio, que da origen al Hablador y una muerte extendida que recorre agonizante más de 130 kilómetros pasando por Lima y Callao para desembocar mortalmente en el Pacífico.


Laguna Ticticocha-Foto El Comercio
Puente El Ejército-Foto El Comercio










Es preocupante que la ley no sea cumplida por las empresas cuyas actividades generan residuos contaminantes, que sólo una empresa cuente con la respectiva autorización legal para verter efluentes líquidos en el río Rímac, de acuerdo a los estándares de calidad ambiental exigido por el Estado. ¿Acaso la ley existe sólo para recordar que no está siendo cumplida?, ¿no tienen los órganos responsables de velar por el cuidado ambiental de las fuentes naturales la capacidad para exigir el cumplimiento de la ley?

No cabe duda que el problema es complejo como agonizante es la vida del río Hablador, que lo único que podría pronunciar, está en la voces de quienes tienen una responsabilidad directa frente a ello. La Ley General de Ambiente y sus instrumentos, La Ley de Recursos Hídricos y su Reglamento, son herramientas claras para proteger esta fuente natural, pero requiere de la voluntad y esfuerzo tanto del estado, como de las entidades privadas que hacen uso del río de alguna forma, pero también de la población que debe asumir y exigir responsablemente el cuidado de las aguas que usa.

Es urgente la creación del organismo de cuenca que permita sentar en la misma mesa a los representantes de los diversos usuarios del río Rimac, tanto aguas arriba como aguas abajo. Es clave el rol que deben liderar los Gobiernos Regionales de Lima y Callao, la Municipalidad Provincial de Lima, con el soporte de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), para conducir los esfuerzos de gestionar la cuenca en términos de los usos prioritarios del agua del río Rimac como para preservar la calidad de ésta, pero también es cierto que las instancias de gobierno regional y local no están en condiciones de afrontar el problema en su complejidad, lo que hace urgente la acción articulada con los actores estatales como el Ministerio de Ambiente, el ANA y DIGESA.

Si bien el Reglamento de la Ley que norma el funcionamiento de los Consejos de Recursos Hídricos de Cuenca-CRHC establece la composición y las funciones generales de este mecanismo de gestión, la urgencia del problema debe llevar a la creación de una instancia de coordinación y concertación para asegurar compromisos claros de los actores involucrados y a la exigencia del cumplimiento de la ley sin cortapizas. No se trata de esperar la conformación formal del CRHC, procedimiento que tiene su particularidad normativa, y sí apuntar a la conformación de una instancia que emule las funciones del Sistema Nacional de Gestión de Recursos Hídricos ya contenidas en la Ley de Recursos Hídricos y su Reglamento. En último término, sea la instancia que fuere, es urgente tomar cartas en el asunto, pues no estamos ante un problema nuevo.

El Hablador agoniza, con él agonizamos todos. 


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